MI CIUDAD

ALMERIA:
Almeria fue y sera el principio y el fin de mi vida, no cambiaria almeria por ninguna ciudad, por su su verano en la playa y su invierno en la sierra en el fuego de una chimenea caliente, su otoño de brisa fresca y su primavera que florece mas que en el campo en el corazon de su gente.
Amo y amare siempre mi tierra y este escrito se lo dedico a ella por darme lo mas preciado que un ser puede tener, familia, amigos, una vida por delante con la mirada perdida en el mediterraneo, un mar de sueños por cumplir.

viernes, 4 de noviembre de 2011

No habla, no escucha, no ve....

Me desperté y solo veía oscuridad. Aparté las sabanas y me acerqué a la ventana y solo veía oscuridad, no había luz ni fuera ni dentro en mi habitación. Intenté encender la luz de mi cuarto, pero al pulsar no se encendió la lámpara y continuaba en una oscuridad cada vez mas incomoda y desconcertante. Abrí la puerta del cuarto y fui hacia el salón, la puerta estaba cerrada, la abrí y le di al interruptor de la lámpara pero de nuevo no apareció la luz, continuaba a oscuras y empecé a pensar que no me había despertado y que estaba en medio de una pesadilla. Me acerqué a la cocina y cogí un vaso de agua, me senté en el sofá y pensé en muchas posibilidades, entre ellas que me había quedado ciego o que en realidad en ningún momento había abierto los ojos, deje el vaso en la mesita sin haber bebido y acerque mi mano a mi cara y cuando me toque los ojos comprobé que no tenia, no había nada donde tenían que estar mis ojos y el pánico se apodero de mi, por mas que me tocaba no conseguía entender como de la noche al día me había encontrado sin ojos, entonces de repente pensé que estaba en medio de un sueño, no podía haber otra explicación, pero me pellizque y me dolió, entonces ya no sabia que pensar ni que hacer e intente gritar, pero me fue imposible, y al poner mi mano sobre la parte baja de mi cara comprobé que no tenia boca, no podía hablar y de nuevo el pánico se apodero sobre mi, quería llorar pero no podía, quería chillar pero no podía, y tal fue la desesperación que me levante y empecé a pegar golpes contra la ventana, cuando entonces comprendí que no escuchaba mis golpes, no podía oír ni siquiera mis golpes, ni ese pitido interior, me encontraba en completo silencio y en total oscuridad, no veía, no oía, no podía hablar, mis sentidos desaparecieron y cuando ya no pude mas me desplome al suelo y cuando caí, me desperté.

Al principio solo tenia congoja que se convirtió al momento en llanto, un llanto al que siguió un lamento, un lamento que pude escuchar, y en cuestión de segundos pude notar como todos mis sentidos habían vuelto a mi, podía ver, podía hablar, podía escuchar, y entre lagrimas y carcajadas nerviosas pasaron los minutos.

Este sueño, mas bien pesadilla, me ayudo a comprender lo importante que son los sentidos de la vista, el odio, y la propia boca, no para el gusto, sino para el habla, y de esta manera pude apreciar mejor pasados los días las cosas que veía, las cosas que escuchaba y aprendí a utilizar las palabras en los momentos oportunos.

En esta vida no se nace sabiendo las cosas, las vamos aprendiendo en el camino de la vida, pero en ese aprendizaje somos nosotros mismos los que tenemos que aprender a valorar lo que tenemos, y también a valorar lo que no tienen otras personas, por eso este escrito va por las personas que no saben valorar lo que tienen y para todos aquellos que por causas de la vida no pueden ver, no pueden oír o no pueden hablar, porque ellos se pierden una parte importante del aprendizaje de la vida y necesitan parte de nuestro respeto y comprensión, nuestro grano de arena, por eso cada vez que podamos sensibilizarnos de la forma que sea con estas personas, no solo los estaremos ayudando a ellos, nos estaremos ayudando a nosotros mismos.



1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanta Peter!! me ha tocado hondo....

Martuky