MI CIUDAD

ALMERIA:
Almeria fue y sera el principio y el fin de mi vida, no cambiaria almeria por ninguna ciudad, por su su verano en la playa y su invierno en la sierra en el fuego de una chimenea caliente, su otoño de brisa fresca y su primavera que florece mas que en el campo en el corazon de su gente.
Amo y amare siempre mi tierra y este escrito se lo dedico a ella por darme lo mas preciado que un ser puede tener, familia, amigos, una vida por delante con la mirada perdida en el mediterraneo, un mar de sueños por cumplir.

lunes, 25 de octubre de 2010

Cuando se pierden las alas....

¿Qué crees que pasaría si a un ave le quitas sus alas? ¿Qué sería de aquel pobre animal? Piensa:
Ya no podría alzar el vuelo, nunca más podría ser libre, estaría a merced de cualquier depredador y pronto acabarían con su vida. Para moverse debería de arrastrarse por la sombra de lo que una vez fue, perdiendo todo el glamour del que una vez disfruto. Estéticamente se la vería inacabada, claramente todos sabrían que estaría incompleta, que le falta algo…
Pensad: ¿Cómo podría esa criatura seguir con vida? ¿Qué motivación la mantendría adelante?
Ninguna, sería un alma errante en un mundo que una vez tuvo a sus pies…
¿Y si te dijese que ese animal se quedó sin alas por su propia voluntad? ¿Qué ella misma renunció a volar con tal de que otro tuviese sus alas? …
¿Qué por qué lo hizo? Muy sencillo, le daba pena que otro animal quisiese volar y no pudiese, quería ayudar a su amigo poniéndole su sueño a su alcance, él deseaba volar, ver el mundo desde lo más alto, que todos tuviesen que alzar la vista para contemplar su majestuosidad…y a ella no le importaba, ella tan solo volaba porque podía hacerlo, nunca presumía, tan solo era su medio de vida.
Así que esta ave decidió arrancarse sus alas y entregárselas a quien tanto las ansiaba, pero algo no funcionó, este nuevo ser no alzaba el vuelo, agitaba las alas pero no conseguía volar, saltaba y saltaba pero apenas permanecía unos segundos en el aire.
Ambos estuvieron un tiempo juntos, ella porque disfrutaba de su compañía, él porque quería que le enseñase a volar.
Pero un buen día se produjo un incendio que les pilló desprevenidos: ella intento escapar pero apenas avanzaba y él se marchó corriendo sin esperar ni ayudar a su amiga. Al ver ella que a quien amaba, a quien le dio su más preciada posesión se marchaba sin preocuparse de ella decidió rendirse, se quedó esperando para ser consumida por las llamas ya que no deseaba vivir así, había perdido todo. Por su parte él se marchó lejos, muy lejos, a un lugar donde nunca pudiesen alcanzarle las llamas y allí intentar volar.
Cuando el ave sin alas estuvo rodeada por el fuego cerró los ojos y aceptó su destino, pronto el fuego la cercó y fue pasto de las llamas mientras que de su interior brotó una luz. Él marchó a acantilados de hielo desde donde saltaba al mar intentando en algunos de esos saltos permanecer en el aire y poder volar.
Desde entonces a ella se le conoce como el ave fénix, capaz de resurgir de sus cenizas y alzarse en vuelo una y otra vez; y a él como pingüino, una criatura que aún teniendo alas es incapaz de alzarse en vuelo, ya que él no se ganó ese privilegio.



Ana M.

2 comentarios:

Ana dijo...

Todo un honor... recuerda, es un pinguino..

jairo F.Quindós dijo...

este relato es precioso.